enero 2015

Artículo de Opinión de Francisco Gordejuela, coordinador de Ciudadanos en Alcoy

Difícil semana la que ha terminado. Europa ha contenido la respiración por los acontecimientos de Paris. El miedo se ha extendido por todos los países occidentales y nos hemos replanteado todos un poco nuestra propia seguridad.

Lo mejor de todo, ha sido la respuesta dada por los ciudadanos franceses… más        “ ciudadanos “ que nunca, demostrando al mundo que a pesar de todo, no tenían, no tienen miedo. No temen las amenazas, y todos van  a seguir siendo Charlie, durante mucho tiempo. Una gran lección de solidaridad y  una gran demostración del orgullo que tienen de ser franceses. En fin, un modelo a imitar.

He recordado con dolor, aquellos días, donde sufrimos en nuestras propias carnes, aquel terrible atentado de Madrid, previo a unas Elecciones Generales. A pesar del golpe terrible para todos los españoles de bien, aquel momento no fue ni por asomo, nada parecido a lo que hemos vivido como testigos en la distancia, de lo acontecido  en el país vecino. No existió en España, la reacción, ni siquiera el sentido de Estado, demostrado estos días por los franceses, tan solo existió el ventajismo electoral. Porque bien explotado, ahondar en el propio atentado, suponía un enorme rédito electoral, computable en votos.

Ya transcurridos casi once años de aquel  luctuoso hecho, seguimos siendo un país dividido, sectario e insolidario. No hemos aprendido casi nada.

Años después de aquel atentado, no sabemos quien fue el autor intelectual y apenas hay tres personas cumpliendo condena por aquel asesinato masivo.

Pero a la memoria de muchos, todavía nos vienen a la mente, aquellas imágenes dantescas, de las estaciones de trenes madrileñas, donde reinaba el caos, la muerte y el dolor. Mucho se ha escrito, mucho se ha hablado, mucho se ha radiado o televisado de aquella noticia, pero pocos la recuerdan como lo que realmente fue, un autentico atentado a la libertad de los españoles.

Envida sana, por supuesto, pero envidia al fin y al cabo, fue lo que sentí cuando vi las imágenes de la  televisión francesa donde todos los diputados de la Asamblea Nacional Francesa, todos juntos, entonaron La Marsellesa en homenaje a las victimas de los atentados de Paris y pensé… igual que nosotros los españoles aquel once de marzo  de 2004, cuando unos por un interés inconfesable y otros, por una ineficacia política y gubernativa manifiesta, nos dejaron a la mayoría de los españoles huérfanos de ideas y de liderazgo.

Lo peor de todo, es cuando hago memoria y  recuerdo que apenas hace unas pocas semanas, algunos lideres de partidos políticos actuales, presumían y alardeaban de haber sido ellos, con carácter de exclusividad, los que habían lanzado  una campaña de SMS, para incitar y provocar a las masas, con el fin de  sacarlos a las calle y provocar un vuelco en las elecciones que se iban a celebrar  días mas tarde. Que curioso que ahora, tengamos el modelo francés para poder mirarnos en su espejo y darnos cuenta de que somos diferentes a nuestros vecinos.

En estas últimas fechas, nos encontramos con las noticias publicadas por algunos periódicos nacionales, donde  se dan  a conocer los resultados de encuestas de intención de voto. Curiosamente, en alguna de ellas, dan  como primera fuerza, a uno de esos partidos de corte populista, cuyo líder alardea de ser el impulsor de aquellos sms,  promovidos  desde la propia universidad donde impartía sus clases.

Demostración palpable de oportunismo político, donde de forma inopinada, han crecido de manera desproporcionada a  la calidad de sus erráticas y absurdas propuestas políticas. Intentado de nuevo arrastrar a los desencantados y a los crédulos,  que no durarían en darles  su voto, si se celebraran elecciones generales en estos momentos.

Por otra parte, y a pesar de la poca difusión que los medios nos dan a Ciudadanos, nuestro crecimiento ha sido grande y nuestro líder Albert Rivera,  ha resultado ser el político más valorado de todos. Un dato muy importante, pues podemos crecer a pesar del poco seguimiento y difusión  que nos dan los medios, sobre todo si nos comparamos con la “cancha” que le están dando a otros, especialmente a Podemos. Crecemos de forma contenida y sostenible y como dice Albert, lo vamos a hacer por las buenas o por las urnas. De esta forma, podemos llegar a ser una fuerza política nueva, que pueda suponer esa “tercera vía”, alternativa al bipartidismo que hemos vivido en los últimos treinta y cinco años y que recuerda mucho al “turnismo”  de la Restauración.

Quería terminar como he comenzado, reconociendo a Francia y a los franceses lo que han supuesto como modelo a imitar por el mundo, su valentía y su capacidad de discernir y defender  los derechos de todos. Derecho  a la vida, a la  libertad de expresión y por supuesto a la libertad de culto, pero de todos los cultos, dentro de una república laica como es la República Francesa. Por tanto,  hoy todos deberíamos de cantar junto a ellos, la Marsellesa. Todos deberíamos recordar los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.