La casa por el tejado

Artículo de Opinión de Maribel Sánchez, concejala de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Alcoy

Después de tantos años de legítima reivindicación, por fin los vecinos de la calle Entenza podrán ver cumplido su deseo. Si todo va bien, en un futuro próximo, esta calle se podrá urbanizar y se convertirá en una calle mucho más amable para vivir. Ya era hora, la verdad es que ya tocaba. Y hasta aquí todo perfecto.

Pero, y casi siempre suele haber un “pero”, parece que la solución que se propone en el proyecto de urbanización no satisface completamente las expectativas que se esperaban (y así lo han manifestado también los vecinos) para esta “nueva” calle Entenza. Uno de los principales problemas que presenta este proyecto es la desaparición de las plazas de aparcamiento. A nadie se le escapa que en una zona en la que, ya de por sí, cuesta encontrar aparcamiento, el hecho de que se eliminen 70 plazas, provocará que ese problema aumente de manera exponencial. Evidentemente, si se propone que la calle Entenza tenga dos carriles y las aceras más anchas para poder colocar arbolado y mobiliario urbano, alguna cosa se tiene que sacrificar, porque la anchura de la calle es la que es, y ahí no hay nada que se pueda hacer, por tanto, es lógico que sean los aparcamientos los elegidos para desaparecer.

Sin embargo, ahora es cuando surgen varias dudas, si de lo que se trata es de “humanizar” la calle Entenza y reducir la cantidad de vehículos que pasan por ella (18.000 vehículos diarios, nada más y nada menos, según informaron los técnicos en la presentación del proyecto), ¿no sería más lógico que tuviera sólo un carril? De esta manera podría haber zona de aparcamientos, incluso, por qué no, podría estudiarse la posibilidad de hacer un carril bici. Pero, entonces, ¿por dónde pasarían la mayoría de esos vehículos?

Una buena solución podría ser tener una vía alternativa por donde desviar el tráfico que viene de la entrada norte, se le podría llamar Ronda Norte, Gran Vía, la Ruta del Preventori o cualquier otro nombre, ya que tanto complejo parece que existe con el tema del Bulevar, pero lo cierto es que hubiera venido muy bien tenerla. Y podríamos haberla tenido ya, y haber evitado así todos estos inconvenientes.

Es legítimo que un nuevo Gobierno que accede a gestionar la ciudad considere que un proyecto que ha dejado el Gobierno saliente no sea adecuado, por las razones que sean. Sin embargo, que ese diseño concreto no responda a las opiniones o ideales del nuevo Gobierno, no quiere decir que se tenga que desechar la idea por completo. Se puede cambiar la concepción del proyecto, pero si dicho proyecto corresponde a un recurso a todas luces necesario, como ha quedado demostrado, no se puede entender que se rechace completamente.

Después de toda esta reflexión, hay algunas preguntas que quedan en el aire, ¿seguro que no podrían haberse hecho las cosas de otra forma?, ¿seguro que no podría haberse negociado de alguna manera para que el bulevar hubiera sido ya una realidad, respetando, claro está, las ideas del Gobierno entrante?, ¿no parece dar la sensación de que se haya empezado la casa por el tejado?

 

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