en sus calles

La representación de La Pasión Viviente por las calles de Cocentaina fue la protagonista el pasado sábado y reunió a centenares de personas que no quisieron perderse un acto que está ya plenamente consolidado dentro de la programación de la Semana Santa Contestana.

La escenificación arrancó en el Pla de la Font con la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén acompañada por numerosas personas portando ramos de olivos y palmas e interpretando diferentes cantos.  Tras este arranque, el montaje teatral continuó por la calle Jerónimo Jacinto Espinosa hasta llegar a la Plaza del Cardenal Ferris; escenario escogido para recrear ante las puertas de la iglesia de Santa María la Última Cena con el lavatorio de los pies a los doce apóstoles y la huida de Judas tras traicionar a Jesús.  Después, La Pasión siguió recorriendo las calles del casco antiguo de la Villa Condal hasta adentrarse en la Plaza del Pla; lugar en el que se pudo ver el momento de la agonía de Cristo en Getsemaní y el posterior prendimiento en el Huerto de los Olivos.

A continuación la representación se trasladó al interior del Palau Comtal y las arcadas del Patio de Armas simularon las estancias en las que Poncio Pilatos ordenó la Crucifixión así como la flagelación; mostrada al numeroso público con sombras proyectadas sobre las paredes del histórico edificio contestano. El momento culminante de la Pasión Viviente tuvo lugar en la calle Santísima Trinidad cuya cuesta fue aprovechada para desarrollar las tres caídas de Jesús mientras que en lo alto, a los pies de la Serra de Mariola, se representó la Crucifixión y el instante en el que la Virgen María recoge el cuerpo de Jesús tras ser bajado de la cruz.

La Resurrección, con efectos de luz y ambientación musical, puso fin a una puesta en escena que se llevó a cabo en la calle por sexto año consecutivo ante numerosas personas.