Tolerancia cero a la violencia

Artículo de opinión de Eduardo Tormo, concejal del Partido Popular de Alcoy

Lamentablemente en el poco tiempo que llevo de concejal, he tenido que asistir a actos en los que sinceramente hubiera deseado no estar, porque sencillamente no habría una tragedia que denunciar. Soy de los que creo que la vida es el bien mas preciado que todo ser humano tiene y debe ser respetada y protegida por encima de todo.

Hace unos días, compartí con miles de ciudadanos de todo el mundo un minuto de silencio por los crueles y sinsentido atentados yihadistas de París. Un minuto da para mucho… de hecho te puede llenar o te puede dejar muy vacio. Puede ser efímero o durar una eternidad, pero sobre todo  en un minuto, te puede cambiar la vida… hasta el punto de perderla…. Esa sensación ha permanecido conmigo también el pasado miércoles, con la lectura del manifiesto del 25 de noviembre (25N) declarado en 1999 por Naciones Unidas “DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER”.

Sé que si no hubiera nada que denunciar, no se harían estos actos a los que nadie quisiéramos tener que asistir para reivindicar que ¡NO PUEDE SER!, que no tiene sentido ningún tipo de violencia. Pero es la mejor forma que adquiere la paz… los ciudadanos unidos sin etiquetas para decir que no a la muerte “TOLERANCIA CERO” ante cualquier tipo de maltrato a los seres humanos.

No dejo de condenar los atentados terroristas, y a ello sumo el  detenerme  a expresar lo que siento respecto a esa lacra que tenemos en España que es la llamada “VIOLENCIA DE GÉNERO”. En lo que va de año 2015 se ha llevado por delante la vida de 55 mujeres, y con ella la de sus familias, sus hijos huérfanos, sus amigos….  Un tipo de violencia que no distingue de clases sociales ni de niveles de educación, por desgracia afecta al conjunto de toda la sociedad española.

Francamente este tema es un asunto que me estremece profundamente. Creo que debemos ponernos en marcha toda la sociedad civil, ciudadanos, administraciones públicas, entidades, asociaciones, ONGs… para luchar contra toda clase de violencia, pero sobre todo la del entorno familiar, el privado… el que nos hace pensar que no es asunto nuestro.

Este problema se resuelve, a largo plazo con educación, educación y más educación, por eso ruego a padres, tutores y profesionales de la educación, en general a que no haya diferenciación alguna de trato entre niñas y niños, que desde bien pequeños inculquemos a nuestras nuevas generaciones los valores de la igualdad y la equidad. Cabe destacar que es este tema no está resuelto, es lamentable oír en los medios que existen multitud de encuestas que reflejan que muchos adolescentes y jóvenes, muy jóvenes, son machistas con sus novias, y lo que es peor con la permisividad y conformidad de ellas.

La eliminación de la violencia contra la mujer, se corrige en el corto y medio plazo, dotando a las fuerzas de seguridad del Estado, a la administración de justicia y a los servicios sociales de cuantos medios necesiten para poder combatir la violencia machista. Por eso mi segundo ruego es para las administraciones públicas, que hagan un esfuerzo mayor para sensibilizar a la sociedad española de este grave problema y coordine y dote todas las políticas necesarias para erradicar esta lacra.

Pero también es cierto que sin la colaboración directa de las propias víctimas, la acción de las fuerzas de seguridad, de la justicia incluso de los servicios sociales queda totalmente mermada por falta de información de los posibles focos de conflicto. Deben sentirse arropadas y protegidas por el estado de derecho con todas las garantías.  Dirijo mi último ruego a las víctimas de violencia de género para que denuncien desde el minuto cero, para que se les pueda ayudar y evitar males mayores. Hago extensivo este ruego a aquellas personas que son conocedores de posibles casos de violencia, que tengan claro que en ningún momento denunciar es una intromisión en la intimidad de las personas. Cuando hay violencia ya no hay privacidad.

Creo que entre todos es posible cambiar la sociedad. ¿Puede haber algún acto más canalla y de mayor cobardía que pegarle a una mujer?

¡NO MÁS VIOLENCIA!

¡NO MÁS VIOLENCIA DE GÉNERO!

¡NO MÁS MUJERES MALTRATADAS!

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