La Filà Verdugos de l’Alqueria d’Asnar celebró cincuenta años en la Festa

No cabe duda a que el otoño empieza siempre en la comarca con las Fiestas de l’Alqueria d’Asnar y este año no fue una excepción. El pasado fin de semana, mientras dejábamos la estación estival al filo de las nueve de la mañana, esta localidad del Comtat vivía el día grande de los festejos en honor a San Miguel Arcángel tras una Vespra en la noche anterior que destacó por la emotividad. Y es que la Filà Verdugos, que hace posible los Moros y Cristianos, fue testigo de una recepción oficial en el Ayuntamiento con ocasión del cincuenta aniversario de su fundación que ha celebrado durante este 2023. El actual alcalde del municipio, César Palmer, les hizo entrega de un detalle de reconocimiento iniciándose así unas Fiestas en las que destacó la gran Entrada de la tarde del sábado.

Puntual a la cita, a las seis, arrancó el desfile encabezado por una escuadra de blancos integrada por los Verdugos más jóvenes que dio paso a un ballet de niñas arropadas por una carroza en la que lucían las heráldicas del aniversario de la Filà. Después, el numeroso público que abarrotaba en ese instante las calles de l’Alqueria d’Asnar, pudo ver dos escuadras femeninas de estilo pirata en las que los tonos rojos, amarillos y verdes daban color al diseño de las integrantes. Después llegó la escuadra conmemorativa del cincuenta aniversario, con veteranos de la Filà como el exalcalde Jaume Pascual, portando un traje negro con abundancia de metales plateados en el que destacaba la capucha que les cubría la cabeza en alusión a la indumentaria típica de los Verdugos. La Entrada avanzó con una nueva escuadra de negros, esta vez integrada por hombres, y que lucían una indumentaria guerrera en la que destacan los colores rojos, así como las pieles. Cerró la comitiva una última escuadra, en la que iban esta vez muchos de los hijos de los fundadores de los Verdugos, que aprovecharon la ocasión para rendir un homenaje a los que les precedieron lucieron un traje similar al que tuvo la formación festera en sus inicios.

La jornada, marcada por temperaturas algo frescas, culminó con una verbena y al día siguiente los vecinos de l’Alqueria rindieron homenaje a San Miguel Arcángel con la ofrenda floral, la misa mayor o la procesión reservando tiempo también para actos lúdicos como el castillo de fuegos artificiales o el Passeig en el que predominaron los disfraces. Una feria infantil, junto a paellas populares o una chocolatada, despidieron el lunes las celebraciones en la plaza principal con ya un sol radiante que anticipaba lo que conocemos como Veranillo de San Miguel.

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