Los cristianos ganan la batalla y recuperan la Villa Condal
Las Fiestas de Moros y Cristianos de Cocentaina agotan ya sus últimas horas tras una frenética tarde del Día del Alardo. Se pone así fin a unos festejos que han transcurrido con total normalidad y que han destacado por una gran participación en todos los actos que se han celebrado.
Pasadas las 18:00h, ha tenido lugar el esperado momento de la Estafeta, en la que los cristianos han pedido a las tropas de la media luna poder recuperar el castillo. Los moros no han aceptado tal petición y el jinete de la cruz, tras ser desestimada su oferta, ha emprendido una veloz carrera en dirección al Passeig del Comtat. Desde allí ha descendido la comitiva que acompañaba al Embajador Cristiano, papel desempañado este año por Aitor Pascual Bonet, llegando todas las Filaes cristianas hasta los pies del histórico Palau Comtal. Frente al Castillo ha comenzado la Embajada y los herederos de Roger de Llúria han defendido con fuerza que estas tierras del Comtat bañadas por Río Serpis regresen a sus manos “xoqueu les armes contra la roca, alceu les banderes cristianes, salvem ja Cocentaina. Crideu a tot pulmó, Desperta Ferro, Desperta!”, dijo contundentemente el mismo Embajador al finalizar su parlamento. Inmediatamente después, comenzó una cruenta batalla de arcabucería que finalizó de nuevo en El Pla con la lucha cuerpo a cuerpo entre los cargos festeros de este 2024. La historia acabó imponiéndose y los cristianos ganaron finalmente el combate izando su emblema en lo alto de la fortaleza.
Sin tiempo apenas para el descanso, la actividad se trasladó al interior del Monasterio de las Clarisas para efectuar el acto de Acción de Gracias, tanto a San Hipólito Mártir como a la Mare de Déu del Miracle, por las fiestas que terminan. Además, se produjo el traspaso de cargos anunciándose que en 2025 las Filaes Cruzados y Manta Roja ostentarán la capitanía en ambos bandos mientras que Contestanos y Bereberes ‘Els Borts’ serán los abanderados. Además se les entregó un pergamino a Luís Reche y Aitor Pascual, por la importante labor realizada durante la declamación de las Embajadas, y a título póstumo a Joan Aura que fue Embajador de las huestes de la media luna el pasado año y nos dejó meses atrás. La jornada avanzó con el retorno de la imagen pequeña de San Hipólito Mártir a la parroquia del Salvador siendo recibida allí por el volteo general de campanas e incluso numerosos aplausos. Ya dentro del templo el párroco, Don Javier Sanchiz, pronunció una oración final en un momento también emotivo para él puesto que son sus últimas Fiestas en Cocentaina ya que en septiembre dejará de ser titular del templo. Una cena de todas las Filaes en la Plaça del Mercat, amenizada por una verbena, despide las Fiestas iniciando el camino hacia las próximas, las cuales coincidirán con el 425 aniversario de la elección y proclamación de San Hipólito Mártir como patrón de la Villa Condal.