Cocentaina inicia el Año Santo Jubilar de la Mare de Déu del Miracle
Cocentaina abrió el pasado domingo 5 de mayo el Año Santo Jubilar concedido al municipio por la Penitenciaria Apostólica de la Santa Sede con ocasión del V Centenario del milagro de las lágrimas de la Mare de Déu.
El Obispo Auxiliar de Valencia, Monseñor Don Arturo Ros, presidió la ceremonia en representación del Cardenal Cañizares y ofició una multitudinaria eucaristía en el Monasterio de Las Clarisas que fue seguida también por más de 300 personas a través de una gran pantalla que se colocó en el exterior de la plaza del Pla. La apertura del Año Santo, que contó con la asistencia de más de veinte sacerdotes, comenzó en la Capilla de San Antonio Abad del Palau Comtal con la lectura del decreto de concesión de este tiempo jubilar que se desarrollará hasta el mes de mayo del 2020. Hay que recordar que el inicio de la celebración tuvo lugar en este espacio por haberse producido aquí el milagro de las lágrimas de sangre derramadas por el icono de la Virgen, según consta en Acta Notarial, el 19 de abril de 1.520.
En su homilía Monseñor Ros recordó la importancia de que este Año Santo comience en Tiempo Pascual e hizo referencia a la gran devoción que Cocentaina le profesa a su patrona. En este sentido invitó a tomar como propósito «ayudar a la Mare a que no llore», porque «si es tremendamente doloroso ver a la Madre llorar, es enormemente gozoso verla sonreír y las madres sonríen cuando ven felices a sus hijos». De esta manera, alentó al «compromiso de incluir en nuestros quehaceres el que haya menos sufrimientos en nuestro mundo». ¿Nos proponemos cada uno en este tiempo precioso que comenzamos esta tarde aquí, con mucha pobreza y humildad, comprometernos ayudar a que nuestra Madre sonría y hacerlo a través de sus hijos que más sufren, los más débiles, los que más lloran?», dijo. Finalmente propuso «que en el Año Santo Jubilar hagamos este camino de fe que la Iglesia nos regala para ser verdaderos testigos de la resurrección y para alegrar el corazón de la Mare de Déu», matizó.
La apertura del Año Santo finalizó con la bendición apostólica con indulgencia plenaria, impartida por el Obispo Auxiliar, tras el canto del Himno de la Mare de Déu del Miracle; que fue acogido con una gran ovación. Finalmente en El Pla, ante el Palau Comtal, se encendieron las hogueras que conmemoran el milagro de las 27 lágrimas de la Mare de Déu y que no se pudieron quemar debido a la lluvia el pasado Domingo de Pascua en la víspera del día de la patrona contestana.