Homenaje a San Francisco de Asís en el Convento de Cocentaina
El Convento de Cocentaina celebró ayer el día grande de las fiestas en honor a San Francisco de Asís, el fundador de la orden franciscana. Un buen número de vecinos del municipio participaron en los diferentes actos organizados poniendo así fin a una semana de homenaje al santo en la que también tuvo lugar el Quinario, con sus correspondientes cultos religiosos cada tarde, como preparación a la jornada del 4 de octubre.
El jueves por la tarde, y con la solemnidad correspondiente, se representó el tránsito en la iglesia conventual recordando por medio de varias lecturas y escenificaciones las últimas horas de vida de San Francisco de Asís antes de su fallecimiento el 3 de octubre de 1226. Ya el viernes por la tarde, a partir de las siete, se celebró con gran participación la misa solemne estando oficiada la misa por Don José Vilaplana, Obispo Emérito de Huelva y natural de Benimarfull. Este estuvo acompañado por el resto de frailes de la comunidad contestana, los párrocos de Santa María y El Salvador (Don Eduardo Rengel y Don Javier Sanchiz), el párroco de Muro (Don Diego Ferrándiz) y sacerdotes contestanos como Don Rafael Valls. Al concluir la eucaristía comenzó la procesión por el recinto del Convento y la salida de San Francisco de Asís fue recibida por los bailes populares que ofreció el Grup de Danses El Convent, una actuación que se repitió a la llegada del patrón de los franciscanos a la iglesia. Las campanas y el disparo de una traca acompañaron la entrada de San Francisco al templo y ya en el interior se dio a besar la reliquia tanto a fieles como a devotos.
Cabe destacar que la fiesta este año ha estado enmarcada dentro de los 800 años de la impresión de las llagas a San Francisco. Este hecho se recordó el pasado 17 de septiembre en la misma iglesia del Convento con una vigilia de oración extraordinaria presidida por el Crist dels Llauradors, talla más antigua de la Semana Santa Contestana que por primera vez en la historia visitó el Convento para ser colocada ante la imagen de San Francisco de Asís rememorando el hecho de los estigmas del santo.