La CHJ también alerta del riesgo de contaminación por los coches de la DANA acumulados en Muro

La Confederación Hidrográfica del Júcar ha instado también a la retirada inmediata de los vehículos procedentes de la DANA que se encuentran amontonados en una campa de Muro, junto al río Agres. Así lo han informado desde la Colla Ecologista La Carrasca – Ecologistes en Acció, organismo que llevó el asunto ante este organismo y al Juzgado alertando del riesgo de contaminación que existe en la zona.

Los ecologistas destacan que la empresa responsable del desguace en el que se se acumulan los coches los está retirando muy lentamente y señalan que semanas después de la llegada de los más de 800 vehículos todavía hay una gran acumulación de los mismos. Según el informe recibido por La Carrasca, existe un riesgo significativo de contaminación debido a un posible derrame de productos contaminantes provenientes de los vehículos acumulados «la zona presenta un suelo sin garantías de impermeabilidad y está situada cerca de manantiales y del río Agres, lo que podría afectar tanto las aguas superficiales como las subterráneas«, afirman en un comunicado.

Desde La Carrasca subrayan que el terreno donde están amontonados los coches es inadecuado, ya que está clasificado como suelo no urbanizable y se encuentra adyacente al Paisaje Protegido del Serpis y al Paraje Natural Municipal Font del Baladre-Fontanars-Riu d’Agres. Además, insisten, estos terrenos tienen una permeabilidad media y están parcialmente en zonas con peligro de inundación «tenemos constancia de que la Conselleria de Medio Ambiente visitó la zona afectada el 13 de enero y acordó vaciar el punto de acumulación y buscar otro lugar para evitar posibles afecciones. Sin embargo, a pesar del riesgo reconocido, centenares de vehículos destrozados siguen en la parcela«, indican.

El colectivo ecologista critica la falta de acción por parte de las administraciones implicadas —Confederación Hidrográfica del Júcar, Conselleria de Medio Ambiente y Ayuntamiento de Muro— y exige el traslado urgente de los vehículos a un lugar seguro. Consideran, por último, que esta situación «es un claro ejemplo de la baja capacidad administrativa para proteger el medio ambiente y la salud pública«, concluyen.

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