La Villa de Alcoy recibe la Entrada de los guerreros de la cruz
El reloj del campanario de la iglesia de Santa María marcaba las diez y media en punto de la mañana en este domingo 22 de abril cuando en lo alto del Partidor se daba la orden para que arrancase uno de los actos más esperados de las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy «Alcoianes i Alcoians, per Alcoi i per Sant Jordi, avant l´Entrà dels Cristians 2018«, sonó con fuerza desde el balconet en la voz del Asesor Musical del Casal de Sant Jordi; Juan Luís Guitart. Así comenzaba la Entrada Cristiana de este año ante la mirada atenta de miles de espectadores que abarrotaban por completo el trayecto del desfile.
José Vicente Jornet, Capitán Cristiano de la Filà Navarros, encabezó a las fuerzas de Jaume I
La Filà Navarros fue la encargada de abrir el desfile por su condición del cargo de Capitán Cristiano. Las calles de Alcoy se trasladaron de inmediato a las tierras navarras de la Edad Media por medio de un boato que recreó la corte de Teobaldo II. De esta forma se puso en escena la vinculación existente entre los Reyes Navarros y Jaume I a la hora de impulsar la creación del Reino de Valencia. Bailarines, danzas guerreras, un impresionante akelarre, damas y nobles junto a cortesanos acompañaron al máximo representante de las tropas de la cruz en su llegada triunfal a la Villa de Alcoy. José Vicente Jornet, Capitán Cristiano del 2018, llegó a La Bandeja entre aplausos, el tañido de las campanas de la iglesia de Santa María y el sonido de la marcha Aleluya, del compositor alcoyano Amando Blanquer Ponsoda; e interpretada por la Societat Musical Nova d’Alcoi. El propio capitán lució un traje diseñado por Antonio Aracil en el que no faltaron la estética guerrera y los elementos identificativos de los Navarros. Junto a él estuvieron también sus caballeros y damas así como su mujer en el papel de favorita luciendo una vestimenta de tonos azules. El paso del Capitán Cristiano por las calles de Alcoy lo cerró la imponente escuadra especial, creada por El Trencat, cuyos componentes portaban un traje dominado por los cueros y los metales en el que figuraba un gran cuerno en el tocado. Para poner fin a este espectacular boato sonó la marcha cristiana Beltzak del compositor Francisco Valor Llorens e interpretada por la Unión Musical Contestana.
El ritmo marcial de los cristianos da color a la mañana de abril
La Entrada Cristiana siguió con el paso de los Almogávares, Mozárabes, Vascos, Guzmanes, Labradores, Cides y Asturianos. Precisamente de las tierras de Asturias llegaron los componentes de la Escuadra Especial del Mig con un traje rompedor en el que no faltaban los tonos negros y los metales. El diseño corrió a cargo de Juan Climent y la música la interpretó el Ateneu Musical de Rafelguaraf haciendo sonar para la ocasión la pieza L’Ambaixador Cristià de Rafael Mullor Grau. Tras ellos desfilaron los Andaluces con su destacada forma de hacer rodar la navaja, Aragoneses, Alcodianos, Cruzados y Muntanyesos.
‘Ja baixen les Tomasines!!’ con su Alférez Cristiano, José Luís Calbo
El matinal desfile de los Cristianos alcanzó su recta final con la llegada del Alférez Cristiano y su Filà Tomasinas. Esta formación festera alcoyana sacó a la calle un boato inspirado en la leyenda de San Jorge contra el dragón y su relación con la Batalla de Alcoraz. En el cortejo quedaron representadas las órdenes militares y religiosas de los Templarios, Santiagueses, De Calatrava y Hospitalarios. Guerreras, cortesanas, caballeros y damas se entremezclaron con las originales coreografías que plasmaron en la calle la citada leyenda del dragón de Sant Jordi y la alegoría del clavel de las Tomasinas. Todos ellos sirvieron de avanzadilla a Josele Calbo, encarnando en su papel de Alférez Cristiano a la figura de Pedro III El Grande, y luciendo para la ocasión un guerrero diseño creado por Juan Climent en el que predominaban los metales, los colores marrones y negros. El casco reproducía el dragón alado de Jaume I y el mismo se remataba con la pluma identificativa de esta formación cristiana. Junto al Alférez Cristiano estuvieron sus favoritas, la mujer y la hija del cargo con trajes azules, mientras que la música sonó de la mano de la Unión Musical de Muro interpretando Aleluya de Amando Blanquer. Por último la Escuadra de Negros, con diseño también de Juan Climent, echó el cierre a esta magnífica Entrada de los de la Cruz. Sus componentes lucieron para la ocasión un traje de estética guerrera en abundancia de metales y con predominio del color rojo. En este caso fueron la Agrupación Musical L’Orquesteta de Alcoy y el Grup de Dolçaines i Tabals La Cordeta los que pusieron el acompañamiento musical con la pieza Mai-Sabel de Francisco Valor Llorens.
De esta forma se puso el punto y final a la Entrada Cristiana y se dio paso a un breve receso que servirá para recuperar fuerzas de cara al gran desfile que protagonizarán los moros a partir de las cinco de la tarde.