Las tropas árabes toman la villa de Alcoy
El último día de la trilogía festera avanza en Alcoy y en estos instantes las tropas de la cruz y de la media luna se disputan la villa en una intensa batalla de arcabucería que ha comenzado después de la Embajada Mora. Al filo de las once de la mañana las fuerzas árabes han llegado hasta la Plaza de España y el jinete ha entregado en el castillo una especie de pergamino donde pedía a los cristianos que le hicieran entrega de estas tierras bañadas por el Serpis.
Los mismos cristianos han desestimado la petición y el citado jinete ha corrido rápidamente a informar a los suyos. Instantes después, se han presentado en la bandeja los máximos representantes de los mahometanos y el Embajador ha tomado la palabra. Oscar Martínez, que asume estas lidas, ha desgranado uno por uno los motivos por los cuales debían de recibir la ciudad de manos de los de Jaume I “no os detengáis, y pronto resolveos, pues conozco que estáis aún indecisos. Mirad qué respondéis, pues mis soldados el resultado del mensaje mío en los montes esperan impacientes, ansiosos de llegar pronto a este sitio”, se pudo escuchar con contundencia a las puertas del Ayuntamiento. Los cristianos, firmes en su decisión, se mostraron contrarios a ceder sus dominios “Ciego, desventurado ismaelita!. Si tú hubieras tenido otros principios, te diría que en mí obra una fuerza superior a la tuya, pues confío en el brazo invencible del Eterno; tengo el carácter de su Hijo ungido; llevo en mis triunfadores estandartes la augusta insignia en que sufrir”, y la falta de acuerdo acabó en batalla “Ah soldados míos!¡Alarma, al arma! Y sientan los cristianos el cruel estrago, los agudos filos de vuestras impertérritas cuchillas.¡Viva Al-Azraq! Tomemos el castillo. ¡Alcoians! Per Sant Jordi i Aragó a defensar la fé de Jesucrist !!!”, se cruzaron en palabras tanto Embajador moro como cristiano.
Los arcabuces son los que después han recogido el testigo y la batalla se resolverá con la lucha cuerpo a cuerpo entre los cargos y los principales personajes de la fiesta. Será a las puertas del castillo y en la victoria sarracena se escenificará después con el izado de la bandera de la media luna en lo alto de la fortaleza.