Los moros imponen su triunfo en la plaza de Alcoy
Las tropas de la media luna han llegado en la mañana de este 24 de abril hasta Alcoy dispuestas a imponer su triunfo en la plaza y a tomar el castillo.
A las diez en punto de la mañana se ha producido en la Bandeja la Estafeta ante numeroso público. Las fuerzas árabes han instado a los cristianos a la rendición y a entregar el castillo, una respuesta que no ha sido bien recibida por los de Jaime I. Ante la negativa, manifestada con la rotura de la misiva de batalla, el jinete mahometano ha iniciado una veloz carrera por la calle San Nicolás para informar a los suyos de lo sucedido.
Los clarines y la percusión han anunciado inmediatamente después el esperado comienzo de la Embajada. Con voz altiva el Embajador Moro, representado por Juan Javier Gisbert, ha expuesto con bélica verborrea los argumentos que pretendían convencer a los de la cruz de que lo mejor era entregar la ciudad antes de llegar a mayores. Sin embargo ha sido imposible el acuerdo entre ambos ejércitos y las palabras han dado paso a las armas «¡Ah soldados míos!¡Alarma, al arma! y sientan los cristianos el cruel estrago, los agudos filos de vuestras impertérritas cuchillas.¡Viva Al-Azraq!¡Tomemos el castillo!«, pronunció con furia Juan Javier Gisbert.
El segundo acto de esta teatralizada batalla siguió con una estruendosa lucha de arcabucería en la que no ha faltado el Encaro entre los capitanes y alféreces. Posteriormente los cristianos han empezado a perder posiciones hasta que han quedado los cargos festeros de 2018 en la Bandeja para librar la lucha armada cuerpo a cuerpo ante el castillo. Los de la media luna han sido al final los vencedores y han impuesto su enseña en la torre más alta de la fortaleza para dar testimonio de su triunfo bajo el amparo de Al-Azraq.