Los Reyes Magos reciben el cariño y afecto de Alcoy

La magia volvió a hacerse presente en las calles de Alcoy como en cada cinco de enero. Miles de personas, muchas de ellas desde el mediodía, llenaron por completo las calles del Centro de la ciudad para aplaudir el paso de los Reyes Magos de Oriente en la 140 edición de una Cabalgata que presume de ser la más antigua del mundo poseyendo al mismo tiempo el título de Bien de Interés Cultural (BIC).

El acto arrancó puntual en El Camí, a las seis de la tarde, y la comitiva estuvo precedida por los heraldos de la ciudad anunciando que los Monarcas estaban a punto de hacer su entrada triunfal por la calle Sant Nicolau. A esa hora sonaron también las campanas de la iglesia de Santa María, advirtiendo de que los Reyes Magos habían accedido a a Alcoy, y mientras tanto el desfile nos ofrecía bailes populares, representaciones costumbristas o el clásico portador de la estrella que abría camino al cortejo. En una posición central destacó el Embajador Real, ayudado por el actor Rafa Segura, y que el sábado por la tarde declamó el Bando hecho posible por la escritora Natàlia Gisbert tras un exhaustivo trabajo junto a Sus Majestades.

Melchor fue el primero en aparecer, rodeado de una gran multitud, y a él le siguieron Baltasar y Gaspar con sus correspondientes séquitos ayudados por tres entidades alcoyanas: la Casa de Andalucía, el Club Patinaje Artístico y la Filà Mudéjares. Centenares de niños se acercaron hasta los Reyes Magos para recibir un beso y los Monarcas descendieron de sus monturas nada más llegar a la plaza de España para efectuar la Adoración. Y ahí, como es habitual cada año, se hizo el clímax. Se interpretó El Mesías de Händel, sonaron las campanas de la iglesia de Santa María y se disparó un gran castillo de fuegos artificiales arropando el momento en el que Melchor, Gaspar y Baltasar entregaban oro, incienso y mirra a la Sagrada Familia Viviente que aguardaba en el portal.

Tras un receso, la Cabalgata siguió por Sant Llorenç hasta finalizar en la parte baja de l’Avinguda del País Valencià. Cerraron el cortejo real más de 400 pajes, con su indumentaria característica, y que acercaron los regalos casa por casa subiendo hasta los balcones por largas escaleras rojas. Sin duda, otra estampa icónica de la Cabalgata de Alcoi, la ciudad de la Navidad por excelencia.

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