Un mítico puerto, un túnel de esperanza
Artículo de opinión de Jorge Sedano, portavoz de Ciudadanos Alcoy
Un riguroso y contundente informe de CC.OO aporta datos sobre la pérdida de empleo en el sector textil en la Comunidad Valenciana impactantes: del 2008 al 2016 se han perdido 794 empresas, el 48,2% del empleo (12.270 personas menos en el sector textil). Estos datos duros afectan especialmente a nuestra comarca y, precisamente por ser tan preocupantes, nos deben alertar y también estimular para buscar nuevos objetivos y nuevos sectores industriales emergentes.
Los datos son crudos y duros, pero la realidad es la que és y hay que hacerle frente. El textil fue en su día un sector intensivo en mano de obra pero la tecnología, cómo en muchos otros sectores, ha incidido directamente en la caída del empleo, al margen de otros factores importantes que también detalla el informe.
El reto de Alcoy y nuestra Comarca, que ha sido, tradicionalmente, un reto industrial (papel, metal, textil, agroalimentario, y actualmente con un fuerte empuje del sector cosmético) debe seguir siendo el mismo reto: la industria.
Las empresas, para competir, no necesitan ayudas y subvenciones de las administraciones salvo de forma coyuntural. Las empresas, los empresarios, los emprendedores, lo que necesitan realmente para nacer, crecer motivarse e innovar es un clima amable, propicio y ágil: facilidades para instalarse, sinergias industriales próximas en las comarcas limítrofes, mano de obra especializada, institutos tecnológicos, Universidades y centros formativos implicados en el territorio. En definitiva, un caldo de cultivo industrial e innovador basado en la tecnología y sociedad del conocimiento. Y todo ello lo tenemos.
¡Qué nadie lo dude! todo ello lo tenemos. Todo y mucho más: y tenemos, quizá lo más importante, un corredor industrial que vá desde Onteniente hasta Castalla-Onil y sigue… Un potente corredor industrial en el que las sinergias se pueden y se deben poner en valor de una vez por todas. Hoy, afortunadamente, el Barranco de la Batalla prácticamente sólo existe para pasear con bici, gracias a los “túneles de la esperanza”. La Foia de Castalla está a tiro de piedra (a un tiro fraterno), y el otrora mítico Puerto de Albaida se asemeja cada vez más a la “costereta del Altet”. ¡Onteniente está ahí mismo! La historia, aunque con mucho retraso, nos ha acercado hasta “el abrazo”. Y tenemos la obligación de abrazarnos y encontrarnos, hoy más que nunca.
Este territorio histórico, industrial y común, es capaz de fabricar una manta, una Barbie, una silla de plástico, un puerta, un bote de rimel, un aperitivo de aceitunas rellenas sin hueso con chile, o un tejido sin tejer de los de Aitex, sin apenas despeinarse. Juntos somos, simplemente, un diamante en bruto. Lo tenemos todo: territorio industrial con multitud de sinergias, instituciones, organizaciones empresariales y sindicales que, por cierto, lo vieron antes que los políticos.
La bajada del número de puestos de trabajo en el textil no es un fracaso empresarial ni un drama colectivo comarcal, sino la cruda realidad. Fuimos papel, metal y muchas otras cosas y ¡qué nadie lo dude!, en un futuro a medio plazo seremos otra cosa distinta que ahora “los mortales de turno” no acabamos de ver, pero que los emprendedores se encargarán de descubrirnos.
Quiero destacar el papel crucial de los sindicatos, tanto de CCOO como de UGT, así como el de muchas organizaciones empresariales por su lucha histórica por vertebrar el territorio. Es cierto también que políticamente se han dado pasos en esa dirección, pero no los suficientes. Nuestros trabajadores empresarios y comerciantes se merecen un futuro intercomarcal común juntos, un futuro mejor. Quizá, el único futuro posible.