San Isidro, el patrón del Gremio de Labradores
El día 15 de mayo se celebra la festividad de San Isidro Labrador, patrón de la ciudad de Madrid, pero también santo protector de los campos y de los agricultores. De hecho el Gremio de Labradores de Jesús Nazareno de Alcoy lo venera en su capilla de la Calle Mayor mientras que en Cocentaina podemos ver la imagen del santo en la Capilla de la Comunión de la Parroquia del Salvador. Allí cada año, en este día, la Cooperativa Agrícola realiza una misa en su honor y antaño incluso había procesión y diana con la participación activa de la Filà Maseros.
Papa Paulo V, conforme a la revisión de las costumbres de la Iglesia tras el Concilio de Trento, decide beatificar a San Isidro en 1619 y decretó que la fecha de su festividad fuera el 15 de mayo. En 1622, el Papa Gregorio XV lo canonizó y en el decreto se hace alusión a la fiesta de la traslación, hecho que puede referirse al traslado del cuerpo de San Isidro en 1212 a la Iglesia de San Andrés.
Cuenta la historia que San Isidro, un labrador de profesión desde muy pequeño y un hombre muy piadoso que rezaba siempre antes de trabajar, fue descubierto por su patrón entre unos arbustos, el cual observó que mientras Isidro rezaba, los bueyes araban solos.
La leyenda cuenta también que durante una gran sequía San Isidro golpeó su vara contra unas rocas y de entre ellas brotó un manantial. Este agua se conserva actualmente como una fuente en su ermita, donde todos los devotos van a beber y a llenar sus garrafas y botellas, formándose colas de hasta varias horas.
San Isidro tiene una relación muy profunda con el agua y hoy en día (pandemia mediante), se le saca en procesión para que haga llover cuando haya mucha sequía.
Son más de un centenar los milagros que se atribuyen a San Isidro y siguiendo algunos hitos de su vida se puede recorrer una parte de Madrid. Según se mencionaba en su época San Isidro poseía el don de encontrar fácilmente agua. De hecho, las celebraciones de estas fiestas de mayo giran en torno a la relación que hay entre el agua y el santo.
Según cuenta la tradición, el manantial fue creado por San Isidro para su amo, Iván de Vargas, y ya en el siglo XII los campesinos madrileños iban a beber el agua que brotaba de ella al ser considerada milagrosa.