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La magia volvió a hacerse presente en las calles de Alcoy
El sueño se ha cumplido y los Reyes Magos han vuelto a pisar las calles de Alcoy. Ha sido en el transcurso de la 137 edición de la Cabalgata, un desfile que se ha adaptado a la situación sanitaria derivada del Coronavirus y que ha transcurrido con una gran agilidad en comparación a años anteriores. De hecho, antes de las ocho de la tarde, ya se había efectuado la Adoración en la Plaza de España.
La propia Cabalgata ha arrancado pasadas las seis y media de la tarde en la zona alta de El Camí encabezada por los Heraldos de la ciudad y los trompeteros. A continuación los bailes populares han sido los protagonistas, arropando a la figura del Embajador Real, al mismo tiempo que hemos podido ver los presentes que Sus Majestades iban a entregar al Niño Jesús cuando llegaran a La Bandeja. En la parte central del desfile han destacado Melchor, Gaspar y Baltasar; montados en esbeltos dromedarios, y arropados por las tres entidades que este año se han encargado de guiarle: la Unión Ciclista de Alcoy, la Filà Navarros y ACIF.
El momento cumbre de la Cabalgata ha tenido lugar al filo de las 19:42h, hora en la que los Soberanos, tras recibir miles de muestra de afecto por la calle de San Nicolás, han bajado de sus monturas en una Plaza de España que ha quedado totalmente a oscuras. Los tres Reyes se han acercado solemnemente al pesebre, instalado en el centro, y allí han entregado el oro, el incienso y la mirra a la Sagrada Familia. De fondo, en una auténtica atmósfera de ensueño, sonaba el ‘Aleluya’ de Haendel entremezclado con el volteo general de las campanas de la iglesia de Santa María y el disparo de un impresionante castillo de fuegos artificiales. La Adoración, debido a la pandemia, se ha desarrollado con aforo limitado para evitar aglomeraciones masivas.
Tras este instante, la Cabalgata ha seguido por la calle de San Lorenzo hasta concluir en la parte final de la Avinguda del País Valencià. La situación sanitaria ha impedido que los Reyes Magos besaran a los más pequeños de la casa aunque estos últimos han agradecido los numerosos saludos que lanzaban Melchor, Gaspar y Baltasar durante el trayecto. Finalmente más de 400 pajes se han encargado de acercar los regalos casa por casa subiendo hasta los balcones por las habituales largas escaleras rojas.