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La batalla entre moros y cristianos pone el punto y seguido a las Fiestas de Muro
Ayer lunes 15 de mayo llegó el momento de poner el punto y seguido a las Fiestas de Moros y Cristianos de Muro con la escenificación de la batalla entre las tropas de la cruz y las fuerzas de la media luna. Precisamente estos hechos históricos que dan origen a unas celebraciones que ya gozan del título de Fiestas de Interés Turístico Autonómico.
La jornada comenzó en la Placeta Molina a las 10:30h de la mañana con la puesta en escena de la tradicional ‘Ambaixada del Tonell’ que, con enormes dosis de humor, protagonizan las Filaes Llana y Mare de Déu. Ambas se enzarzan en un curioso choque dialéctico por la disputa de un tonel de vino y, curiosamente, la Embajada finaliza con acuerdo entre partes marchando después las dos formaciones a degustar un buen almuerzo y dar cuenta del preciado contenido del tonel protagonista de este curioso acto. Ya a mediodía se realizaron las guerrillas de arcabucería dando paso a la Embajada Mora, declamada esta vez por Rafa Reig, y que concluyó con la toma de la fortaleza por parte de las huestes mahometanas materializándose esta victoria con la colocación de la bandera de la media luna en todas las torres.
Ya entrada la tarde, después de una buena comida en la sede de las Filaes, se representó la Embajada Cristiana protagonizada por Juanma Colomer. Tampoco hubo entendimiento entre ambos bandos y tras la batalla de arcabucería los cristianos reconquistaron Muro y alzaron sus emblemas en el Castell de Festes de la Plaça del Matzem. Precisamente este último enclave acogió el último instante de Fiestas, el conocido como ‘sopar de germanor’ entre todas las Filaes que ya se ha consolidado como una cita imprescindible para despedir la primera parte de los festejos antes de retomarlos al fin de semana que viene con los actos de ’La Pujà’.