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Propósitos de año nuevo: ¿cómo cumplirlos sin llegar a obsesionarnos?
Hace apenas tres días entrábamos en el nuevo año y muchos ya tenemos hecha nuestra lista de propósitos. Los más comunes, según los expertos, están relacionados con el cuidado personal: comer más sano o ir al gimnasio, por ejemplo.
Hacer esa lista es bueno. «Son una buena forma de que nuestro cerebro se centre en lo que quiere lograr este año. Dedicar tiempo a reflexionar sobre estos objetivos hará que nuestro cerebro se involucre más en ello. Es bueno anotarlos», explica Alba Masiá, psicóloga infantojuvenil, en declaraciones a Cope Alcoy. «Los propósitos del año no deben tener un final, sino convertirse en hábitos. Eso es lo que nos puede beneficiar», añade.
La gente realmente la redacta, pero luego, muchas veces, los acaba abandonando. Y cuando llega el año siguiente, los propósitos siguen siendo los mismos. «Si nosotros nos planteamos el objetivo de ir todos los días al gimnasio cuando en realidad nunca hemos hecho deporte y nuestro día es muy estresante a nivel de trabajo, esa es una meta que es muy difícil de alcanzar. Esto se debe a que no se ajusta a nuestra realidad. Los objetivos, para que puedan ser cumplidos, deben ser objetivos alcanzables y realistas«, apunta Masiá.
Pero, ¿qué sucede cuando nos obsesionamos con cumplirlos? ¿Puede eso perjudicarnos? Para la psicóloga, la respuesta es sí. «Hay que tener cuidado, porque sí pueden llegar a obsesionarnos y, sobre todo, pueden generarnos mucha frustración si no los conseguimos».
Sin embargo, si marcar objetivos es beneficioso pero puede llegar obsesionarnos, ¿cómo debemos afrontar los propósitos para el año nuevo? «Lo más importante es disfrutar ese camino y ser consciente de que la perfección no existe. Permitirnos no cumplirlos o hacerlo a medias. Solemos tener una mentalidad de ‘todo o nada’ y en esa mentalidad no hay cabida para el error. Cuando vemos que no lo estamos consiguiendo, es fácil abandonar. Esto no debe ser así. Cualquier avance es importante por mínimo que sea», concluye la psicóloga.