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Cocentaina despidió anoche las fiestas en honor a la Mare de Déu del Miracle tras cuatro intensos días en los que la población ha rendido homenaje a su patrona.

La jornada de ayer tuvo un marcado protagonismo infantil por la mañana ya que las guarderías contestanas y los alumnos más pequeños de los diferentes centros educativos, pasaron por la parroquia de Santa María para visitar a la Mareta y dedicarle varios poemas. Además realizaron su propia ofrenda aportando flores y especialmente cestas de alimentos no perecederos que después serán entregados a las Cáritas parroquiales. Seguidamente la fiesta se trasladó al Pla con la entrega de los premios de los concursos de dibujo y redacción escolar y la Fireta que organizaron los Júniors de las dos parroquias con varios juegos para los niños. A mediodía la parroquia de Santa María, lugar en el seguía la Mare de Déu del Miracle desde el jueves, acogió la celebración de la palabra y la presentación de los recién nacidos a la patrona.

Los actos siguieron por la tarde con el último día de triduo, predicado por don Juan Melchor Seguí Sarrió, y el posterior retorno procesional de la Mare de Déu del Miracle hasta el Monasterio de las Clarisas. De nuevo se vieron muestras de fervor hacia la Mareta a su paso por el breve trayecto existente entre Santa María y el Palau Comtal al mismo tiempo que se registró una gran participación en esta pequeña procesión. Por último la Mareta fue recibida en la plaza de El Pla con el volteo de las campanas y una serie de efectos pirotécnicos que acompañaron al trono-andas hasta el interior de la iglesia.

Las fiestas de la Mare de Déu del Miracle finalizaron, como es costumbre, con la ‘besà’ del icono de la Virgen y una vez más centenares de contestanos formaron largas colas para despedir a la patrona antes de que fuese depositada en su camarín para ser venerada durante todo el año.