su cariño

La parroquia del Salvador de Cocentaina se quedó pequeña en la tarde de ayer sábado durante la misa de despedida del hasta ahora párroco, Ramón Micó Colomer, antes de que la próxima semana asuma su nuevo destino en la iglesia de Santa María de Banyeres de Mariola. Centenares de personas arroparon a Don Ramón, como cariñosamente es conocido en la Villa Condal, para expresarle su afecto y agradecimiento por los diez años que ha estado como titular de la mencionada parroquia contestana.

Durante la eucaristía, Don Ramón recordó su llegada a Cocentaina en noviembre de 2008 e hizo referencia al trabajo ejecutado con los niños, jóvenes, adultos y mayores para dinamizar la Comunidad Parroquial del Salvador. También tuvo palabras de reconocimiento para movimientos parroquiales como las cofradías de la Virgen del Carmen y de la Dolorosa así como el Junior Sol Sortit. Además no faltaron sus muestras de gratitud a numerosos colectivos locales, a la Junta Central de Cofradías de la Semana Santa, la Pía Unión Virgen del Milagro o la Junta de Fiestas de Moros y Cristianos; unas entidades con las que ha trabajado codo con codo en todo este tiempo. Finalmente hizo un llamamiento a la unidad y a mantener las celebraciones con carácter interparroquial que impulsó en los últimos años como el Domingo de Ramos, el Vía Crucis matinal del Viernes Santo, la fiesta de San Antonio Abad, la Corriola o la Misa del Gallo.

La alcaldesa de Cocentaina, Mireia Estepa, encabezó la representación institucional del Ayuntamiento en esta emotiva despedida y le hizo entrega a Don Ramón de varios obsequios por su dedicación y estima al municipio «has sido un sacerdote de los que hacen parroquia, hacen pueblo y se hacen querer. Gracias por haber sido la sal que ha dado sabor a la tierra contestana«, dijo la primera edil. También estuvieron presentes concejales de la Corporación Municipal, el Director General de Vivienda de la Generalitat Valenciana, Rafael Briet; el Presidente local del PP, Ray Montava, y representantes de gran cantidad de asociaciones de la población. Asimismo Fray Fernando Fuertes, Guardián del Convento de los Franciscanos hasta agosto de 2018, envió una carta desde su actual lugar de residencia en Gilet para dejar constancia de la profunda amistad que le une con Don Ramón.

La jornada, que estuvo marcada por el fuerte calor, finalizó con un besamanos que formó una larga cola por el interior del templo y que llegó hasta el exterior de la Plaza del Salvador. Todos los presentes quisieron así dedicarle unos minutos de agradecimiento y homenaje personal a Don Ramón, un sacerdote de todos y para todos que deja un gran legado y una huella imborrable  en Cocentaina.