Un leve terremoto se hace sentir en la comarca
Desde el Instituto Geográfico Nacional han registrado un leve terremoto en nuestras comarcas durante la tarde de este Domingo de Ramos. El epicentro del temblor, que ha afectado a la provincia de Alicante, se ha localizado finalmente en Banyeres de Mariola tras la revisión de cálculo hecha por el mismo Instituto Geográfico Nacional. Según han confirmado algunos oyentes a COPE ALCOY, el terremoto se ha notado en puntos de la Zona Alta de Alcoy e incluso en poblaciones como Onil, Castalla o Ibi. La magnitud del sismo ha sido de 3,0 grados tal y como confirman desde el IGN. Por último, desde el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat Valenciana, han destacado en sus redes sociales que el Teléfono de Emergencias 112 no ha recibido ninguna llamada relacionada con el suceso.
Unos cuatro movimientos más
Durante la tarde se han repetido movimientos sísmicos entre 1 y 3 grados, con epicentro en poblaciones como Ibi u Onil. También en Bocairent se han notado estos leves terremotos.
Los terremotos, algo común en Alcoy
En Alcoy, los temblores de tierra han estado presentes a lo largo de la historia. La ciudad es tierra de terremotos, pues se encuentra en el borde entre la placa tectónica euroasiática y la africana. Entre los más fuertes ocurridos recientemente, más allá del de este domingo, se encuentra el que tuvo lugar el pasado 3 de noviembre de 2020. Un temblor de magnitud 3,6 en la Escala de Richter con varias réplicas y epicentro en Relleu, que se dejó notar en buena parte del norte de la provincia de Alicante.
Posteriormente, pero también previamente, hay registrados otros movimientos sísmicos que han afectado a la ciudad. Precisamente, por este motivo, San Mauro es patrón de Alcoy. Está documentado que en 1620, concretamente el 2 de diciembre, un terremoto de magnitud VII-VIII causó importantes estragos en Alcoy. Según se cuenta en los escritos del cronista Carbonell, el terremoto provocó daños en la arquitectura religiosa: se partió la Iglesia Parroquial por la mitad; el monasterio de San Agustín perdió tres de las cuatro torres que rodeaban el recinto, se hundió el coro de su iglesia y murieron sepultadas siete personas, y el convento de San Francisco quedó inhabitable. Además, se hundieron varias casas y partes de la muralla, lo que causó la muerte de 22 personas.
A raíz de los hechos, los vecinos acordaron el 3 de diciembre de 1620 la elección de San Mauro mártir como patrono protector contra los terremotos.